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  • La maldición de los Bibas: «Lo que ha hecho el Gobierno de España con nosotros da asco»

    La maldición de los Bibas: «Lo que ha hecho el Gobierno de España con nosotros da asco»

    Los secuestran por separado. Un grupo se lleva a Yardén Bibas, el padre de la familia, judío yemenita de 34 años, y otro, a Shiri Silberman, su mujer de 32, de origen argentino, con sus dos niños, Ariel de 4 años y Kfir de uno. En el camino frente a su casa de Nir Oz, la madre aparece con los ojos descoyuntados por el espanto, rodeada de terroristas, con sus dos hijos pelirrojos en brazos. Los terroristas le gritan, ella llora, agarra a sus hijos, no sabe qué hacer ni adónde ir.

    Esa mañana, día nacional del desconcierto en Israel, el país empieza a comprender que Hamás ha invadido el sur y que han asesinado a cientos de personas. La imagen de Shiri y los dos críos absortos ante la escena que se desarrollaba a su alrededor es grabada por los terroristas y recorre los informativos de todo el mundo.

    Edith Silberman, la tía de Shiri, no la ve hasta la noche cuando sus hijos le comunican que tienen algo que enseñarle y no reconoce a su sobrina. «No parecía ella», admite ahora. Para entonces, los niños se han convertido en un símbolo de la violencia de Hamás y las fotos familiares de los pequeños llenarían las paradas de los autobuses, los reportajes de los periódicos, los monumentos que la gente improvisó en las plazas con un mensaje: ‘Bring them back now’ (‘Traedlos de vuelta ahora’).


    Carteles con las fotos de los dos niños pelirrojos


    Ch. A.

    Los monumentos se iluminaron de naranja, los restaurantes sirvieron en manteles naranjas y soltaron al cielo globos naranjas como el pelo de los niños. Los doscientos rehenes tenían que volver, pero, sobre todo y por encima de todo, tenían que volver ellos. Eran, en su fragilidad, un mandato, una línea que, si se cruzaba, rompería muchos límites. «La gente me decía que no iba a hacerles daño porque eran una imagen emblemática. Nunca regresaron».

    Desmembrados

    En febrero, Hamás devolvió muertos a la madre –primero entregaron un cuerpo falso–, y los hijos alegando que habían muerto en un bombardeo de Israel. Tel Aviv asegura que desmembraron los cadáveres de los niños para simular este final. Tras 484 días de cautiverio liberaron a Yarden, que vive en el Kibutz de sus padres. «Recibe tratamiento en un hospital y pasa los días acudiendo a los actos en los que se homenajea a su familia y bautizan con el nombre de sus hijos plazas, colegios y salas de juego de hospitales. Es un hombre callado, tranquilo», explica Edith en la sala de reuniones de un hotel de la capital israelí frente a un grupo de periodistas que ha concitado la asociación Fuente Latina.

    «Todo es distinto: lo dulce ya no es tan dulce. La alegría no es tan alegre. No sé si algún día volveré a ser la misma»

    Antes de hablar posa sobre la mesa un paquete de clínex y narra la historia desde un lugar doloroso y resignado, un lugar emocional que queda más allá de la rabia, y más acá de la resignación, un desierto áspero y desabrido por el que transita hace dos años.

    «No he visitado la casa de Nir Oz porque quiero recordar las cosas lindas y los buenos momentos de cuando estábamos juntos», afirma. La vivienda sigue igual que tras el 7 de octubre y que en el aniversario del 7 de octubre como un mausoleo desordenado, la puerta cerrada con un candado, la casa consumida por el fuego, las fotos de los críos y de la madre pegadas a la pared mirando desde un tiempo que no existe, el mismo gato huérfano y pegajoso…

    Los juguetes de los niños –bicicletas, patinetes, peluches y una casita de plástico junto al árbol– se han descolorido por efecto del sol y de una ausencia que parece eterna. Alguien ha colocado unas vallas para proteger todo aquel revoltijo de triciclos volcados que nadie aún se ha atrevido a tocar. «Shiri era maestra jardinera, una madre buenísima, calmada, amable, Ariel era un terremoto y no paraba ni un minuto y Kfir, sencillamente, un bebé», recuerda su tía abuela, y sonríe entre lágrimas del mismo azul que los ojos de los críos.

    Un poco más allá estaba la casa de los abuelos Yossi (José Luis), su hermano, y su mujer. «Cuando entró el ejército, nos dijeron que los habían secuestrado también, pero a las dos semanas los arqueólogos que vinieron encontraron algunos restos suyos. La casa había ardido durante horas. Yossi, que llegó a Israel de Argentina con 18 años, trabajaba en un taller arreglando maquinaria de agricultura y llevaba a los gazatíes enfermos al hospital en Israel.

    ¿Aún cree en la paz?

    En este país hemos vivido muchas guerras y nosotros pensábamos que podíamos vivir unos al lado de otros. Ya no. El odio hacia nosotros es demasiado fuerte. Aquí educamos en el amor y allí, en el odio. No puedes salir de él si los libros te explican cuando eres un niño que tienes que hacerte mayor para matar a los judíos. Cuando tienes veinte años, haces lo que has escuchado. Nosotros celebramos la vida y ellos, la muerte. ¿Con quién vamos entonces a hacer la paz?

    ¿Cree que hay civiles al margen de Hamás?

    Después de los terroristas entraron muchos civiles a robar y a matar con machetes y hoces. Yo pensaba que estaba Hamás y, después, el resto de la gente. Ahora ya no sé quién es quién. Quizás haya gente que quiera vivir en paz, pero son una minoría.

    Edith pide un café con leche y por un momento, abandona el llanto momentáneamente para enfadarse. La saca de allí la mención al Gobierno de Israel, que no la ha visitado, «porque saben que no serán bien recibidos. Debería haber una investigación neutral a toda la gente que tuvo la culpa y que vayan a la cárcel. Es algo que no se puede vivir. El Gobierno de Netanyahu lleva veinte años en el poder y sabían que Catar pasaba valijas de dinero a Hamás, que hacían túneles, que se estaban armando para hacer esto, y no hicieron nada. ¿Cómo el Mossad, que hizo la operación de los buscapersonas en el Líbano, no fue capaz de cuidar de nosotros? Esto hay que investigarlo. Debemos saber lo que pasó·.

    «El día en que liberaron a los veinte últimos rehenes, hubo una fiesta. yo me repetía: ‘¿Por qué volvieron ellos y los míos no?’»

    Edith es fisioterapeuta y tardó meses en poder volver a trabajar. «Estaba en shock». Esta mujer sabe que «la vida no va a volver a ser lo que fue por ese dolor tan profundo. Todo es distinto: lo dulce ya no es tan dulce. La alegría no es tan alegre. No sé si algún día volveré a ser la misma».

    Una boda, una tragedia

    No podía ni puede salir de aquella angustia de bebés raptados, asombro del Gobierno y de un país herido en su orgullo. Toda su vida sigue girando alrededor del 7 de octubre. «Hace un mes casé a mi hijo y lo que tenía que ser una alegría fue una tragedia».

    Ni siquiera las buenas noticias de la guerra la llenaban o, peor, ahondaban en la herida. «El día en que liberaron a los veinte últimos chicos, hubo una fiesta. Tenía la televisión encendida para ver qué es lo que pasaba. La gente estaba contenta y todo el mundo lloraba por la calle. Yo quería llorar de alegría, pero no podía hacerlo. Me preguntaba: ‘¿Por qué volvieron ellos y los míos no?’ Esta es una sensación muy difícil de contar. Por un lado, sientes alivio porque esto se ha terminado aunque quedan tres cuerpos por entregar, pero por otro sientes un vacío muy grande».

    Todo aquel vacío solo lo llenaba el comportamiento de la gente. El Gobierno de Argentina otorgó la nacionalidad a toda la familia Bibas. «Pensamos que así sería más fácil negociar. Se portaron muy bien», reconoce. La gente le llevaba comida, regalos, de todo. Les hacían la compra. A las familias con niños les regalaban juguetes, ropa, cepillos de dientes.

    ¿Cómo ha vivido la oposición a Israel de muchos países como España?

    Ha sido terrible, como si me clavaran un cuchillo en el corazón. Toda esa gente negando lo que pasó, o diciendo que nos merecíamos lo que nos hicieron. ¿Los bebés pelirrojos se lo merecían? ¿Mi hermano, que nunca hizo mal a nadie, se lo merecía? ¿En serio? Mi cuñada, que era maravillosa, o Shiri, una maestra jardinera… Es una tremenda injusticia que duele muchísimo. La posición de España sobre el 7 de octubre me mató, quizás por cercanía, o porque sigo las noticias de allí. Es horrible. Lo que ha hecho el Gobierno de España es un asco. Politizaron nuestra tragedia para tapar sus cosas. Es una ofensa constante.

  • Trump critica a Ucrania por su «cero gratitud» hacia EE.UU. durante las negociaciones en Ginebra para el fin de la guerra

    Trump critica a Ucrania por su «cero gratitud» hacia EE.UU. durante las negociaciones en Ginebra para el fin de la guerra

    Las discusiones sobre el plan de paz propuesto por Donald Trump para poner fin a la guerra en Ucrania se han trasladado a Ginebra (Suiza), donde esta mañana la delegación ucraniana se reunió con representantes de Francia, Alemania y Reino Unido. Las negociaciones continuarán esta tarde con un encuentro con la delegación de Estados Unidos.

    Para impulsar este plan, considerado por Kiev como una posible capitulación, el presidente estadounidense ha enviado a Suiza al secretario de Estado, Marco Rubio, quien aterrizó este domingo acompañado del enviado especial para Oriente Próximo, Steve Witkoff, y del secretario del Ejército, Daniel Driscoll.

    Rubio y Witkoff mantuvieron esta mañana una reunión con los ucranianos en un intento de acercar posiciones. Mientras tanto, Donald Trump ha dado un ultimátum, a Kiev, hasta el próximo jueves, 27 de noviembre, para que responda si acepta o no su plan de paz. Por su parte, los europeos buscan reequilibrar unas condiciones que consideran demasiado favorables a Moscú.

    En mitad de las negociaciones, mientras el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, considera que las propuestas estadounidenses para poner fin a la guerra en Ucrania podrían incorporar intereses nacionales ucranianos, su homólogo estadounidense ha acusado en Truth Social al Gobierno de Kiev de falta de «gratitud» por el apoyo de Washington contra la invasión rusa.

    «Ya hemos recibido breves informes de los miembros de nuestra delegación sobre los resultados de sus primeras reuniones y conversaciones», ha escrito Zelenski en X. Y añade: «Seguimos trabajando para que todos los elementos sean realmente eficaces para lograr el objetivo principal que nuestro pueblo anhela: poner fin definitivamente al derramamiento de sangre y a la guerra».

    En cambio, Trump ha cargado contra «los ‘líderes’ de Ucrania», aseverando que «no han expresado nada de gratitud por nuestros esfuerzos». También ha denunciado la fragilidad de su predecesor en el cargo, Joe Biden y ha tachado la guerra en Ucrania de «catástrofe humana», sin responsabilizar al Kremlin de la invasión.

    Aunque Trump mantiene su intención de imponer un acuerdo rápido, ha matizado su postura al afirmar hoy que «esta no es mi última oferta». «Queremos la paz, y el fin de la guerra tendría que haberse logrado hace mucho tiempo. Lo que buscamos es el cese de las hostilidades», declaró el presidente estadounidense.

    Las negociaciones giran en torno a este plan de paz de 28 puntos elaborado por Estados Unidos que ha sido bien recibido por Vladímir Putin. Entre sus propuestas figura que Kiev ceda a Rusia los territorios actualmente ocupados, se retire de las zonas que aún controla en las provincias de Lugansk y Donetsk, reduzca sus fuerzas armadas y renuncie a ingresar en la OTAN.

    Este plan, según Rubio, «ofrece un marco sólido para seguir conversando, basado no solo en propuestas rusas sino también en contribuciones previas de Ucrania». Sin embargo, algunos senadores estadounidenses lo han calificado como «la lista de deseos de Putin». Von der Leyen, en nombre de la Unión Europea, subrayó el papel «fundamental» de la Unión en el plan de paz.

    Ecos del G20

    La presencia de una delegación europea en Ginebra es una novedad, ya que hasta ahora no había participado oficialmente en las negociaciones. Este sábado, en los márgenes del G20, representantes de la UE se reunieron con Canadá y Japón para intentar construir una postura común frente al plan de Trump y participar activamente en las conversaciones.

    El presidente francés Emmanuel Macron declaró que «es una buena noticia que Estados Unidos presente una propuesta para un alto el fuego y para la paz, y debemos apoyar estos esfuerzos. Sin embargo, lo que está en juego es la soberanía de Ucrania y la seguridad europea. Por eso es legítimo que tanto ucranianos como europeos estén presentes».

    Los europeos insisten en la necesidad de incluir garantías frente a Rusia, «el país que inició la guerra». Macron subrayó que «si no existe un mecanismo de disuasión, los rusos podrían reanudar la ofensiva». La delegación ucraniana tiene previsto reunirse con los representantes europeos esta tarde, tras su encuentro con los estadounidenses.

    Suiza, por su parte, ha celebrado haber podido organizar este encuentro en tan poco tiempo. El portavoz del Departamento Federal de Asuntos Exteriores (DFAE), Nicolas Bideau, explicó que tanto Estados Unidos como Ucrania contactaron al Gobierno suizo para que ejerciera un papel de «facilitador» en estas negociaciones.

  • El juez envía a prisión a Bolsonaro tras intentar quitarse la tobillera electrónica en su domicilio

    El juez envía a prisión a Bolsonaro tras intentar quitarse la tobillera electrónica en su domicilio

    La Policía Federal (PF) brasileña ha arrestado este sábado al expresidente brasileño Jair Bolsonaro atendiendo a una medida cautelar del juez del Tribunal Supremo, Alexandre de Moraes, por no cumplir las normas de la detención domiciliaria preventiva en la que se encontraba desde agosto. A las seis de la mañana, hora local, Bolsonaro recibió a la policía y fue trasladado a la sede de la Superintendencia de la PF en Brasilia, donde aguarda en una celda especial llamada «Sala de Estado».

    Según el documento firmado por el juez Moraes, Bolsonaro trató de sacarse el grillete electrónico a las 0:08 (4:08, hora peninsular española) de este sábado. «La información confirma la intención del condenado de romper el grillete electrónico para garantizar el éxito de su fuga, facilitada por la confusión causada por la manifestación convocada por su hijo», escribe Moraes sobre los datos del Centro de Integración de Monitoreo Integrado del Distrito Federal presentados a la Corte.

    La medida cautelar, que no tiene una duración fija preestablecida, fue determinada por el juez bajo el argumento de «garantizar el orden público», después de que el hijo mayor del expresidente, el senador Flavio Bolsonaro, convocara en sus redes sociales una vigilia para este sábado frente al condominio donde vive su padre. La PF estimó que esta concentración representaba un riesgo para la seguridad de los participantes, los agentes y del propio Bolsonaro.

    Tras conocerse el arresto del expresidente brasileño, Donald Trump, uno de sus grandes aliados, fue preguntado por su entrada en prisión: «Qué mala suerte. Es una estupidez», dijo ante los medios, sin más comentarios.

    Esta orden de prisión preventiva no está relacionada con la condena que el Tribunal Supremo dictó en septiembre, cuando sentenció a Bolsonaro a 27 años y 3 meses de prisión por intento de golpe de Estado, en un proceso que aún se encuentra en fase de recurso y no es definitivo. La prisión actual es una medida cautelar enfocada en la preservación del orden público.

    Los movimientos de sus aliados y de su militancia también estaban presionando a una decisión del Supremo. El viernes, el diputado Nikolas Ferreira, uno de los liderazgos de la juventud ultraderechista, visitó a Bolsonaro y dejó la casa manifestando su preocupación por la salud y la vida del expresidente. «Alguien quiere verlo muerto», declaró Ferreira a la prensa a la salida de la casa de Bolsonaro, sin citar, pero en clara referencia al juez Moraes.

    27
    años y tres meses de prisión

    El expresidente Bolsonaro ha sido condenado por el intento de golpe de Estado

    En otra acción paralela, el Supremo ordenó el viernes la prisión preventiva de Alexandre Ramagem, diputado federal y exdirector de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) del expresidente, condenado a 16 años de prisión en la misma causa, por intento de golpe de estado. Las investigaciones apuntan que Ramagem se habría fugado clandestinamente a Estados Unidos en septiembre, lo que también complicó el caso de Bolsonaro.

    Mientras el convoy policial se dirigía a la sede de la PF, la exprimera dama Michelle Bolsonaro, que no se encontraba en casa durante la detención, compartió el Salmo 121 de la biblia en sus redes sociales, un pasaje bíblico que se refiere a la protección divina. «El Señor te protegerá de todo mal; protegerá tu alma. El Señor protegerá tu entrada y tu salida, desde ahora y para siempre», termina el verso de ese Salmo.

    La Sala de Estado

    Según informaciones de la Policía, el expresidente reaccionó con tranquilidad a la prisión y fue sometido a un examen de cuerpo de delito por parte de agentes del Instituto Médico-Legal (IML). Bolsonaro fue trasladado durante 18 kilómetros en una caravana policial desde su casa a la sede de la Policía Federal. El horario fue escogido para evitar mucha exposición mediática.

    Bolsonaro fue recibido en una Sala de Estado dentro del edificio público, un espacio reservado para altas figuras públicas y autoridades, con muebles básicos, con mesa, silla, cama y un baño privado. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva y el expresidente Michel Temer también pasaron sus periodos de detención en salas con esta configuración.

    El equipo de defensa de Bolsonaro informó por la mañana que no sabía los motivos de la prisión, pero que va a recurrir a la condena por intento de golpe. El viernes, la defensa ya había solicitado la sustitución del régimen inicial cerrado por una prisión domiciliaria humanitaria.

    La defensa de Bolsonaro alega que el expresidente padece varios problemas de salud y reitera que el ingreso en el sistema penitenciario supondría un «riesgo concreto a la vida»

    En la petición, los abogados argumentan que Bolsonaro padece un «cuadro clínico grave» y sufre varios problemas de salud, alegando que el ingreso en el sistema penitenciario supondría un «riesgo concreto a la vida».

    En un informe médico de la defensa detalla un historial de cirugías desde el atentado de 2018 con una cuchillada en el abdomen, episodios de neumonía y un conjunto de problemas de salud (cardíacos, pulmonares y gastrointestinales) que exigen monitoreo continuo y la posibilidad de atención hospitalaria inmediata.

    A los 70 años, Bolsonaro aguarda ahora en esa celda especial con monitoreo de salud.

  • «El plan de Trump es lo mismo que pedirle a EE.UU. que ceda Alaska»

    «El plan de Trump es lo mismo que pedirle a EE.UU. que ceda Alaska»

    Los generadores retumban y las alarmas cesan por falta de luz. Por delante quedan varias horas de apagón y una potente explosión hace saltar las alarmas de los coches. En la puerta de su negocio está Oleksii Brizhuk aprovechando el débil sol de noviembre. Este empresario de Kramatorsk, como todos los ucranianos, está bien enterado de los 28 puntos incluidos en el plan de paz elaborado por Estados Unidos. Pero hay uno de ellos que le afecta especialmente: Trump exige a Zelenski que entregue su ciudad natal al país que trajo la muerte y destrucción a Ucrania. Oleksii piensa durante varios segundos antes de contestar; su mirada delata una zozobra profunda. «No va a funcionar. No se puede negociar con bárbaros. Ellos han destruidos nuestras ciudades, han matado a niños. a personas civiles. Queremos una paz, pero debe ser justa. Si entregamos el Dombás, va a ser una catástrofe», apunta con un tono bajo.

    Las presiones que la Casa Blanca ejerce sin cuartel contra el país invadido se sienten especialmente aquí. Kramatorsk conoce la guerra desde hace más de una década. La urbe se convirtió en la capital administrativa de la región de Donetsk, después de que los separatistas a las órdenes de Moscú tomaran el poder en parte de esta provincia oriental de Ucrania. Ahora, después de tres años de guerra y miles de defensores caídos, hay políticos extranjeros intentando decidir su destino. «Yo me pregunto qué diría Trump si su país se viese en una situación parecida y Moscú le exigiese entregar Alaska», zanja Brizhuk.

    Con el frente a 20 kilómetros y ante la amenaza constante de drones y misiles enemigos, la vida se sigue imponiendo en el este de Ucrania. Marina despacha a unos clientes en su pequeña tienda. Ella prefiere no decir su apellido por precaución. La mujer ya vivió en sus propias carnes la ocupación hace años. Otra vez tiene sus cosas preparadas para irse, señala, por si los rusos tomasen control de la ciudad. Esboza un gesto de cansancio y cierra los ojos tras escuchar la pregunta que ya todos en Ucrania se han respondido internamente en varias ocasiones. «No podemos confiar en una negociación con los rusos. Quiero que la guerra acabe, pero lo peor de todo es toda la gente que ya se ha muerto. Ellos ya nunca volverán». A última hora de la tarde, la luz volvió a Kramatorks mientras todo el país asiste al enésimo giro de Trump en su estrategia para poner fin a la guerra.

    Zelenski apeló una vez a la unidad del pueblo este viernes, una fecha señalada en el calendario ucraniano. Era el Día de la Dignidad y la Libertad, que conmemora las dos grandes revoluciones de la Ucrania independiente. En un discurso dirigido a la nación, el mandatario presentó una disyuntiva sombría en este 2025: «O perder su dignidad, o arriesgarse a perder un socio clave». Las autoridades ucranianas prometen defender el interés nacional.

    Un duro invierno

    Ucrania se enfrenta, en palabras de su presidente, a uno de los momentos más difíciles de su historia y tendrá que definir su posición ante los socios. El invierno comenzará oficialmente en menos de diez días. Los apagones duran hasta 16 horas en algunas grandes ciudades, complicando la vida a millones de personas, y Rusia lanza ataques diarios contra la infraestructura energética.

    La situación en el campo de batalla es también complicada por los avances enemigos en varios puntos del frente, incluidas las regiones de Donetsk, Járkov y Zaporiyia. Y el poder del Gobierno está debilitado después de un escándalo de corrupción en el sector energético. Ante esta situación, Trump aprovecha para presionar y demanda una respuesta rápida a una propuesta que la mayoría de ucranianos consideran una capitulación.

    «No puedo imaginar a ningún diputado en su sano juicio votando a favor de enmiendas constitucionales que reconozcan las pérdidas territoriales. Esto es traición en estado puro», destacó la diputada del partido opositor Solidaridad Europea Iryna Gerashchenko en sus redes sociales.

    Ucrania ya ha vivido otros episodios de presión similares por parte del aliado estadounidense. Poco consideran probable que Ucrania acepte estos términos y nada parece indicar que, en este momento, Rusia renuncie a sus posiciones maximalistas. «No creo que haya un acuerdo de paz para el 27 de noviembre, independientemente de las amenazas. Ya hemos pasado por esto antes; estamos dando vueltas en círculos», destacó Tatarigami, famoso analista ucraniano y ex oficial de la Fuerzas Armadas del país. Ucrania se enfrenta a su invierno más duro no solo por la guerra, sino por la paz que quiere imponer Trump.

  • El plan de EE.UU. para Ucrania: Rusia se queda con Donetsk y Lugansk

    El plan de EE.UU. para Ucrania: Rusia se queda con Donetsk y Lugansk

    El plan secreto para acabar con la guerra en Ucrania que Donald Trump y sus negociadores han diseñado de la mano de Rusia ha salido a la luz. Varios medios estadounidenses y europeos tuvieron acceso el jueves por la noche, madrugada del viernes en España, al plan de paz de 28 puntos que Trump quiere imponer al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, para poner fin a la guerra de agresión de Rusia, que está cerca de cumplir cuatro años.

    Sus términos, según la redacción del plan que se han conocido, no son nada favorables para los intereses del Gobierno de Kiev, que ha sido hasta ahora socio de EE.UU.: cesiones de territorios ucranianos a Rusia, garantía de que Ucrania no ingresará en la OTAN, limitación del tamaño de su ejército y exigencia de celebración de elecciones en un periodo de cien días. Como contrapartida, garantías de seguridad sin excesivos detalles sobre la participación de EE.UU. y entrada expedita en la Unión Europea. Mientras tanto, Rusia se queda con todo el territorio que ha invadido de Ucrania, se queda libre de sanciones y es bienvenida de nuevo a la economía global, empezando por su reintegración en el G-7, que volvería a ser G-8.

    Frustración

    La filtración del plan de 28 puntos se produce en medio de un nuevo impulso diplomático por parte de Trump sobre un conflicto que le colma de frustración, como no deja de repetir el propio presidente de EE.UU. Esta semana, mandó una delegación militar a Kiev para negociar con Zelenski. Y su negociador principal, su amigo Steve Witkoff, recibió a un enviado de Vladímir Putin el mes pasado en Florida, donde se empezó a discutir el plan.

    El proceso está inspirado en el reciente éxito de Trump en Gaza, e incluye elementos similares, como un Consejo de Paz –en este caso, para supervisar el cumplimiento– presidido por el propio multimillonario neoyorquino.

    Zelenski no ha reaccionado de forma específica a los contenidos del plan. En un mensaje en su red social el jueves por la noche, cuando ya se había producido la filtración, aseguró que «el lado estadounidense ha presentados puntos de un plan para acabar con la guerra. Es su visión. Yo he descrito nuestros principios clave. Hemos acordado que nuestros equipos trabajarán en esos puntos para asegurar que todo es creíble». «Estamos preparados para un trabajo claro y honesto», añadió Zelenski, que es consciente de las concesiones formidables a las que le aboca el plan propuesto.

    En la cuestión territorial, la más sensible, Rusia se quedaría ‘de facto’ con las provincias de Donetsk y Lugansk, también en el pequeño porcentaje de su territorio todavía en manos ucranianas. Y en las de Jersón y Zaporiya, la línea del frente actual quedará congelada, y los territorios que controla Rusia también serán de su soberanía.

    La renuncia a la OTAN, además, deberá ser incluida en una reforma constitucional, además de obligar a la alianza militar a incluir en sus estatus que nunca admitirá a Ucrania como miembro (para Rusia, la limitación es que apruebe la no agresión de Ucrania o de otros vecinos por ley). Su Ejército no podrá tener más de 600.000 hombres (no hay limitación alguna para Rusia), Ucrania no podrá acoger a tropas de la OTAN y los cazas de combate de la alianza militar solo podrán establecerse en Polonia. Las elecciones en un periodo de menos de cien días, además, complicarán la supervivencia política de Zelenski.

    Una fuente del Gobierno de EE.UU. aseguró a Reuters que el plan de paz se diseñó después de conversaciones con Rustem Umerov, un alto cargo del Gobierno de Zelenski, y que Ucrania estaba de acuerdo con la mayoría de los puntos, después de haberse realizado modificaciones al plan. En los últimos días, sin embargo, los ucranianos han mantenido que el diseño ha sido por parte de EE.UU. y Rusia y que ellos solo habían recibido «señales» sobre su elaboración.

    Es difícil saber si el plan filtrado será el documento final que Trump buscará imponer a Zelenski. Pero es evidente que su reacción creará mucho descontento en una Ucrania descosida por una guerra cruenta. «El nuevo plan de paz de EE.UU. empuja a Ucrania hacia la capitulación», titulaba el medio ucraniano ‘The Kyiv Independent’.

    Una afirmación con la que concuerdan muchas personas en el país. «Solo hay un plan de paz real: Rusia retira sus tropas de Ucrania, detiene los bombardeos y asume su responsabilidad. Invadieron nuestro país: a quienes hay que detener y presionar es a los rusos, no a nosotros», sentenció la líder del partido opositor Golos, Kira Rudik, a través de sus redes sociales.

    Actitud constructiva

    Kiev mantiene por el momento su actitud constructiva debido a la necesidad de mantener el apoyo militar de Washington y se abre a debatir el plan. «Las partes acordaron trabajar en las disposiciones del plan de manera que se logre un fin justo a la guerra», señala el comunicado publicado por la Oficina del presidente de Ucrania. «Estamos dispuestos ahora, como antes, a trabajar de forma constructiva con Estados Unidos, así como con nuestros socios en Europa y en todo el mundo, para que el resultado sea la paz».

    La fórmula que proponen Rusia y EE.UU. sigue cruzando las líneas rojas ante las que se había plantado el Gobierno ucraniano. «No ha habido un diálogo serio ni un intercambio de ideas. Hasta ahora, el proceso se ha limitado a una lista de exigencias a medida que el Kremlin ha transmitido a Dmitriev –enviado de Putin–, y de Dmitriev a Witkoff. Rusia no ha cedido ni una sola vez», señala el analista ucraniano y exoficial del Ejército Tatarigami en su cuenta de X.

    El endurecimiento de las posiciones del Kremlin tiene que ver con los últimos avances rusos en el frente de Donetsk y Zaporiyia, al sur del país. Y todo parece indicar que Washington está dispuesto a explotar la debilidad de Zelenski tras el estallido del escándalo de corrupción en el sector energético que ha salpicado a varios ministros del Gobierno y a empresarios próximos al presidente. Putin busca aprovechar la ocasión para lograr aquello que sus fuerzas armadas no han conquistado: quedarse con todo el Dombás, conformado por las regiones de Donetsk y Lugansk.

    • Cesiones territoriales. Rusia se queda con todo el Dombás, conformado por las provincias de Donetsk y Lugansk, incluidos los territorios que todavía controla Ucrania. Y también con los territorios hasta donde llega el frente en Jersón y Zaporiya.

    • Adiós a la OTAN. Ucrania renuncia a la OTAN y lo tendrá que incluir en su Constitución. Rusia deberá imponer una política de no agresión a Ucrania o sus vecinos por ley.

    • Reducción del Ejército. Ucrania no podrá tener un Ejército de más de 600.000 hombres, y la OTAN no podrá estacionar tropas en su territorio.

    • Garantías de seguridad. EE.UU. se compromete a una «respuesta militar coordinada» en caso de nueva agresión de Rusia a Ucrania.

    • Rusia vuelve. Además de quedarse con territorios invadidos, Rusia se librará de sanciones y regresará al G7.

    Los ministros de Exteriores de la UE reunidos en Bruselas no comentaron los contenidos del plan, pero dieron señales de que no aceptarían concesiones injustas impuestas a Ucrania. «Los ucranianos quieren la paz, una paz justa que respete la soberanía de todos, una paz duradera que no pueda ser obstruida por una agresión futura», dijo el ministro francés, Jean-Noel Barrot. «Pero la paz no puede ser capitulación».

  • Trump da de plazo hasta el próximo jueves para que Zelenski acepte su plan de paz

    Trump da de plazo hasta el próximo jueves para que Zelenski acepte su plan de paz

    Es una exigencia urgente y simbólica. Zelenski conoció el plan del presidente de EE.UU. este jueves, cuando se lo presentó en Kiev el secretario del Ejército de Tierra, Daniel Driscoll, que lideraba una delegación militar enviada a Ucrania.

    Es decir, el líder ucraniano tendrá apenas una semana para decidir sobre una propuesta para acabar con un conflicto cruento, que se acerca a los cuatro años de vida y desatado por la agresión de Rusia, que invadió el país en febrero de 2022.

    Si Trump consigue que Zelenski acepte su propuesta para esa fecha, el presidente logrará su mayor victoria diplomática desde su regreso a la Casa Blanca, incluso superior al alto el fuego y comienzo del proceso de paz que orquestó en Gaza. Y lo vestirá, como es su gusto, de simbolismo: el final del plazo coincide con el día de Acción de Gracias, la festividad más importante del año en EE.UU., cuando las familias se juntan alrededor de la mesa para compartir un pavo. Ese mismo día, Trump podría anunciarles que ha acabado con la guerra en Ucrania, que se ha convertido en su gran quebradero de cabeza en política exterior.

    Con Trump, sin embargo, todo es flexible, nada está cerrado hasta que ocurre. Y el propio presidente de EE.UU. reconoció que podría ser flexible con el plazo.

    «He tenido muchos plazos. Pero si las cosas van bien, tiendes a ampliar los plazos. Pero será el jueves», dijo en una entrevista radiofónica en la cadena Fox News, donde anunció que daba a Zelenski ese margen hasta Acción de Gracias.

    Lo sabe bien Trump, que dijo que en campaña dijo que acabaría con la guerra «en 24 horas» y después ha incumplido innumerables plazos, los impuestos a sí mismo o los que endosó al presidente de Rusia, Vladímir Putin, para que se aviniera a negociaciones creíbles.

    No sería de extrañar que, otra vez, el plazo no se cumpliera, por las dificultades que tendrá el presidente de Ucrania para aceptar tantas concesiones después de tanta muerte y destrucción en su país por la agresión rusa.

    El plan de 28 puntos para la paz en Ucrania

    El borrador del plan de Trump incluye la cesión a Rusia de dos provincias enteras –Donetsk y Lugansk–, incluidas las zonas todavía bajo control ucraniano, además de dejar la frontera en las provincias de Jersón y Zaporiyia donde está ahora la línea del frente.

    Pero además impone la reducción del tamaño de su Ejército, garantías para que Ucrania nunca entre en la OTAN o la imposición de elecciones en cien días. Y todo a cambio de garantías de seguridad por parte de EE.UU. y Europa, ante la eventualidad de un futuro ataque de Rusia, que todavía no están diseñadas con detalle.

    Zelenski: «Perder la dignidad o un socio clave»

    Las declaraciones de Trump se conocen poco después de que Zelenski, que este viernes ha hablado con el vicepresidente de EE.UU., J. D. Vance, advirtiera de que el plan de paz pone en riesgo la alianza entre ambos países.

    En un vídeo, señaló que «Ucrania puede enfrentarse a una elección muy difícil: la pérdida de su dignidad o de un socio clave». Según Zelenski, la próxima semana será «muy difícil» para Ucrania a causa de la presión política, tal y como recoge la agencia de noticias Reuters. No obstante, ha recalcado que no traicionará los intereses de su país en un proceso de paz liderado por Estados Unidos.

  • Trump rechazó la oferta de Maduro de dejar el poder porque no se fiaba

    Trump rechazó la oferta de Maduro de dejar el poder porque no se fiaba

    La Casa Blanca ha rechazado de plano en las últimas semanas un plan que el régimen de Nicolás Maduro trasladó por canales discretos para pactar una salida escalonada del poder en un plazo de dos o tres años. La propuesta, enviada en secreto, planteaba concesiones graduales por parte del chavismo a cambio de una desescalada y del fin del refuerzo militar que Estados Unidos mantiene en el Caribe. Según una fuente consultada por ABC este miércoles, la Administración Trump lo consideró insuficiente desde el primer momento. En Washington no creen en la palabra de Maduro, a quien acusan de haber incumplido acuerdos previos y de haber manipulado de forma reiterada procesos políticos y electorales, incluida la elección de 2024.

    Una propuesta que llegó a ser planteada era que Delcy Rodríguez, vicepresidenta del régimen, asumiera después el poder hasta que acabe el actual mandato en 2031, para después celebrar elecciones. Rodríguez controla gran parte del aparato venezolano junto con su hermano Jorge. Ella estuvo en enero de 2020 en Barajas en una visita ilegal, pues tiene vetada la entrada en espacio europeo. Socia de José Luis Rodríguez Zapatero, fue admitida y recibida por José Luis Ábalos tras enviar a este al aeropuerto de Barajas el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

    Al frente de los intentos de negociación en Washington está Ric Grenell, un asesor especial del presidente Trump, que no tiene cargo oficial alguno más allá de presidir el centro Kennedy para las artes escénicas, y que se vio en enero con el dictador en Caracas. Grenell ha intentado convencer a Trump de que María Corina Machado, la líder opositora cuyo partido ganó las elecciones presidenciales, no tiene la fuerza necesaria sobre el terreno para consolidar el poder y tomar las riendas de Venezuela. Ha intentado aprovechar la decepción de Trump de no ganar el Nobel de la Paz, que le fue concedido a ella a propuesta, entre otros, del mayor rival de Grenell en la Administración, el secretario de Estado y consejero de Seguridad Nacional Marco Rubio.

    Sin contar con diplomáticos

    El equipo que trabaja con Marco Rubio asegura de forma tajante que ya no hay más margen para la negociación, que Maduro se aprovechó de las concesiones del anterior equipo de gobierno demócrata y que se reforzó internamente hasta robar las elecciones con un fraude ampliamente documentado. Pero hay algo llamativo en la estrategia de Rubio: el Departamento de Estado se halla totalmente esquinado.

    Las gestiones relativas a Venezuela y la presión sobre el dictador se están desarrollando dentro de un círculo muy reducido, al margen de diplomáticos de carrera y de legisladores del Capitolio que, en público y en privado, han expresado su rechazo a la campaña contra las barcazas que supuestamente transportan cocaína. En esos ataques han muerto ya alrededor de 80 personas, según recuentos extraoficiales, porque la Administración Trump no ha ofrecido hasta ahora una cifra pública ni una relación detallada de los operativos.

    La oferta, que Washington interpretó como una señal de inquietud real dentro del chavismo ante la escalada militar y la presión diplomática de EE.UU., proponía una transición lenta y con garantías para la cúpula del régimen, que pretende mantener sus fortunas amasadas. De acuerdo con esas fuentes, fue el propio Maduro quien planteó primero, en contactos informales que se reanudaron a comienzos de noviembre, la posibilidad de dejar el cargo tras un periodo de dos o tres años. A sus 62 años, lleva en el poder desde 2013, perpetuado en un régimen dictatorial bajo el cual se ha producido uno de los mayores éxodos de la historia.

    El plan incluía grandes concesiones económicas para empresas estadounidenses interesadas en el sector petrolero venezolano, y acceso a los recursos naturales de todo tipo, algo sin duda incluido para atraerse a Trump, que ha pedido trato especial para su país en acuerdos similares. La respuesta de EE.UU. a los intermediarios de Maduro fue un no rotundo. Fuentes conocedoras de las deliberaciones consultadas ayer por ABC lo resumen así: «Cualquier transición que prolongue a Maduro en el cargo es inviable para esta Administración. Venezuela funciona como un Estado narco-terrorista, lo que impide una negociación que se pueda llevar a cabo de buena fe».

    Ese rechazo llega en un contexto de presión inédita y en aumento. Según ha revelado el diario ‘The New York Times’, el presidente Trump ha autorizado planes de la CIA para llevar a cabo operaciones encubiertas dentro de Venezuela, según varias personas al tanto de la estrategia. Estos preparativos buscan crear condiciones para posibles acciones posteriores y forman parte de un complejo más ambicioso de presión militar y económica.

    Transición inviable

    Mientras, Trump mantiene en el Caribe el mayor despliegue naval desde la Crisis de los Misiles: el portaaviones Gerald R. Ford, tres destructores Aegis y unos 15.000 uniformados, incluidos marines en buques anfibios y unidades en bases de Puerto Rico. Desde septiembre se han efectuado 21 ataques contra embarcaciones señaladas por Washington como dedicadas al narcotráfico. Los mandos militares han reconocido en privado que los cargamentos eran de cocaína, pese a que Trump los ha vinculado públicamente al tráfico de fentanilo, una sustancia que en realidad llega desde China.

    En paralelo, el Departamento de Estado ha anunciado que designará el 24 de noviembre al llamado cártel de los Soles como organización terrorista. Así se refiere en EE.UU. la fiscalía a la cúpula chavista, en un esquema de narcotráfico para lucro de los jerarcas. Aunque no se trata de un cártel tradicional, la medida permite considerar como terrorismo una parte sustancial del aparato estatal venezolano, ampliando el margen legal para diseñar nuevas acciones, incluidas una posible extracción, es decir, capturar a Maduro.

    Trump también ha dicho que podría hablar con Maduro, lo que las fuentes consultadas por ABC creen que obedece a una estrategia de seguir ampliando la presión hasta que la situación del dictador sea insostenible y ese mismo se entregue para facilitar el cambio democrático en su país algo que, creen, no es fácil que acabe sucediendo.

  • Juegos de guerra en Berlín: el Ejército alemán se prepara para una invasión rusa

    Juegos de guerra en Berlín: el Ejército alemán se prepara para una invasión rusa

    Combatientes enemigos han tomado el control del metro de Berlín. Tienen rehenes, tanto civiles como soldados de la Bundeswehr. La situación es confusa: las unidades de reacción rápida del Ejército alemán que tienen orden de recuperar el sistema de transporte no saben cuántos soldados enemigos armados hay dentro de cada vagón del tren de la línea U7 que se está acercando y que detienen en la estación de Jungfernheide, en el céntrico distrito de Charlottenburg, ni si los soldados reducidos siguen vivos o si hay civiles heridos.

    Por su propia seguridad, cortan el suministro eléctrico de los raíles antes de acceder al lecho de las vías. Al abrirse las puertas del tren, se escuchan gritos de auxilio y comienzan los disparos. Este es el supuesto de los ejercicios militares que el Ejército alemán ha llevado a cabo en Berlín la noche del martes al miércoles. El batallón de guardia de la Bundeswehr, que suele desplegarse solamente con fines ceremoniales, debe prepararse ahora para intervenir si fuera necesario en el centro de la capital.

    Creado en 1957, su misión es proteger las instalaciones y oficinas del Gobierno federal, así como las principales infraestructuras del barrio gubernamental, «un área de operaciones altamente compleja y con una gran población», decía después el comandante del batallón de la guardia, el teniente coronel Maik Teichgräber, en su comparecencia de balance de las maniobras nocturnas.

    «El escenario de despliegue es muy realista, el metro es un buen medio para reubicar fuerzas dentro de la ciudad en caso de emergencia», explica el comandante Teichgräber, que abunda en las dificultades añadidas de una operación en una gran capital. Calles estrechas y edificios altos significan poca visibilidad y conexiones de radio difíciles.

    El batallón de guardia se entrena durante cinco días esta semana en el centro de Berlín y en la Ciudad de la Lucha, un campo de entrenamiento policial en las instalaciones de una antigua planta química en Rüdersdorf. El nombre de las maniobras es ‘Bollwerk Bärlin’, que significa ‘Fortaleza del oso’ pero se pronuncia como «Fortaleza Berlín». No se especifica contra quién están combatiendo, pero el evidente contexto es la amenaza rusa.

    Imagen principal - Tropas alemanas, durante los ejercicios en el metro berlinés
    Imagen secundaria 1 - Tropas alemanas, durante los ejercicios en el metro berlinés
    Imagen secundaria 2 - Tropas alemanas, durante los ejercicios en el metro berlinés
    Combate bajo tierra
    Tropas alemanas, durante los ejercicios en el metro berlinés
    Reuters

    El pasado mes de octubre, drones no tripulados paralizaron el aeropuerto de la capital alemana y sobrevolaron infraestructuras críticas y bases militares. Ya nadie duda de que un ataque es plausible y cualquier preparación parece razonable. El consejo de ministros ha aprobado este miércoles dos resoluciones por las que la Bundeswehr se encargará de la defensa contra drones con fuerzas armadas, con provisión de tecnología de reconocimiento e intervención. «Sé que esto no es normal para vosotros, pero lo es para nosotros», responde Teichgräber a los periodistas.

    «Alemania pudo vivir el último verano pacífico»

    El ministro de Defensa, Boris Pisorius, lo ha dejado claro recientemente. «Ya no podemos hablar de coincidencias, es estrategia bélica», ha dicho esta semana sobre la amenaza rusa, durante la firma de un tratado con Suecia que refuerza la cooperación militar con el país nórdico. Y el pasado fin de semana, en una entrevista con ‘Frankfurter Allgemeine’, dejó helada a Alemania al afirmar que «Europa puede haber vivido ya su último verano pacífico».

    El despliegue de soldados en el metro, en este contexto, no es exactamente sorpresivo para los usuarios, a esas horas por lo demás muy escasos. «Desde el inicio de la guerra de agresión rusa contra Ucrania, que viola el derecho internacional, la situación de seguridad en Europa ha cambiado fundamentalmente y, como resultado, la defensa nacional y de la alianza eficaz ha vuelto a cobrar protagonismo», justifica la Bundeswehr esta maniobra en su comunicado.

    Los residentes alrededor de la estación de metro de Jungfernheide han sido informados con antelación mediante avisos, para que no se dejen llevar por el pánico cuando soldados enmascarados y armados irrumpan en la estación en mitad de la noche, y se ha instalado un puesto informativo en el que se insiste en que «no hay peligro, no se usará munición real».

    Cuando los soldados llegan al último de los vagones, el humo de la munición de fogueo se impone sobre la pálida luz de las linternas. Resuenan los últimos disparos, mientras son puestos a salvo los civiles y asegurada la totalidad del tren con perros detectores de explosivos. El jefe sobre el terreno de la unidad, el sargento mayor Marco K., está satisfecho. Antes del último saludo militar, resume: «Mi fuerza ha actuado de forma muy profesional, todos sabían lo que tenían que hacer y lo han hecho. Y así debe ser. Creo que tenemos que estar preparados para todo».

  • Estados Unidos trabaja con Rusia en un plan de paz de 28 puntos para el fin de la guerra en Ucrania

    Estados Unidos trabaja con Rusia en un plan de paz de 28 puntos para el fin de la guerra en Ucrania

    Volodímir Zelenski trabaja contra el reloj. Los rusos avanzan, cada vez tienen más cerca hacerse con el control de una ciudad clave en el frente del Este como Pokrovsk y el presidente ucraniano visitó la cuarta capital de los últimos días para recabar apoyos. Tras su paso por Atenas, París y Madrid, Zelenski se reunió con Recep Tayyip Erdogan en Ankara con el objetivo de «reavivar el proceso de negociación» con Rusia. Poner fin a la guerra y acelerar los esfuerzos de intercambio de prisioneros fueron los puntos clave de la reunión mantenida por los dos presidentes en la capital turca.

    Durante las horas previas al encuentro en Ankara, algunos medios informaron de la posibilidad de la presencia de Steve Witkoff en el encuentro. El portal turco Serbestiyet señaló que finalmente el enviado de Trump no estuvo presente porque ultima los detalles de un plan de paz para Ucrania inspirado en el modelo empleado en Gaza. El medio digital Axios tuvo acceso a un borrador de esta propuesta, que consta de 28 puntos centrados en cuatro grandes áreas como la paz en Ucrania, garantías de seguridad (para los dos bandos), seguridad europea más amplia y un nuevo marco para relaciones futuras entre Washington, Moscú y Kiev.

    El primer paso consistiría en la entrada en vigor de un alto el fuego por fases, al estilo del que está en vigor desde hace un mes en la Franja. Este borrador estaría negociado entre Estados Unidos y Rusia, sin la presencia, de momento de Ucrania, según el portal.

    El acuerdo supondría la cesión a Rusia de los territorios que controla en el sureste de Ucrania y, además, los territorios de las provincias de Donetsk y Lugansk que siguen bajo control ucraniano (cerca del 15% de estas dos provincias). Esa franja se convertiría en un comienzo en una zona desmilitarizada. En el caso de las otras dos provincias controladas en parte por Rusia -Jersón y Zaporiya-, se congelarían las líneas del frente y Rusia podría devolver parte del territorio a Ucrania.

    Witkoff no viajó a Ankara, pero sí ha mantenido conversaciones con enviados de Rusia, como los encuentros durante tres días a finales de octubre en Florida con Kiril Dmitriev, un asesor de Vladimir Putin.

    La negociación es compleja, sobre todo porque Rusia no tiene prisa y avanza día a día en el campo de batalla. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, insiste en cada una de sus intervenciones que sus condiciones para un acuerdo de paz se mantienen firmes: exigir que Kiev renuncie a cualquier ambición de unirse a la OTAN y la retirada completa de Ucrania de las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón.

    Además, la agencia Reuters, citando fuentes familiarizadas con el tema, aseguraba que las propuestas incluían, entre otras cosas, la reducción del tamaño de las fuerzas armadas ucranianas.

    Estambul, sede clave

    Las negociaciones han ocurrido a espaldas del Gobierno de Kiev, al que Donald Trump podría arrinconar ahora con esta propuesta. Una fuente ucraniana aseguró a Reuters que habían recibido «señales» del plan diseñado por EE.UU. en conversaciones con Rusia y que Ucrania no ha participado en ello.

    Las revelaciones coinciden con el envío de una delegación del Pentágono a Kiev. Estará liderada por el secretario del Ejército de Tierra, Dan Driscoll, y celebrará una reunión con Zelenski este jueves.


    Zelenski y Erdogan se reúnen este miércoles en Estambul


    Afp

    Turquía ha sido desde el comienzo de la invasión rusa un punto para la negociación. Después de tres años de silencio, rusos y ucranianos retomaron los contactos directos en mayo en Estambul con una primera reunión que sirvió para que ambas partes acordaran un intercambio de 2.000 prisioneros. Retomar el proceso de paz, roto en esta misma ciudad en marzo de 2022, no fue sencillo, y en esa cumbre de Estambul no estuvieron ni Vladímir Putin, ni Donald Trump, ni Zelenski.

    Seis meses después de ese encuentro, Erdogan indicó que «es necesario continuar con el proceso de Estambul con un enfoque pragmático y orientado a resultados. En un momento en que los efectos destructivos de la guerra se están profundizando para ambas partes, creemos que las conversaciones de Estambul representan una etapa importante en los esfuerzos diplomáticos». Zelenski destacó que el apoyo de Ankara a la independencia y soberanía de Ucrania es «muy importante» para ellos y recordó durante la rueda de prensa conjunta que «esta es la lucha de nuestros soldados y civiles, y es nuestro derecho legítimo a la autodefensa».

    El líder ucraniano considera que «la guerra debe terminar, y no hay alternativa a la paz. Rusia debe entender que matar gente no será recompensado, y ningún país de la región debería sentir que tiene libertad para iniciar una nueva guerra. Compartimos la misma visión con Turquía». La reunión fue simbólica y el objetivo de turcos y ucranianos es que sirva para reactivar la vía diplomacia a orillas del Bósforo y los intercambios de prisioneros.

    A su no presencia en Ankara, Witkoff sumó la cancelación de la reunión que tenía prevista con Khalil Al Haya, jefe negociador de Hamás, en Estambul, informó el portal israelí Walla. Fuentes consultadas por este medio aseguraron que los responsables de Israel presionaron para que no se produjera un encuentro que significaría un reconocimiento del estatus de Hamás, y que podría obstaculizar la transición a la segunda fase del acuerdo en Gaza.

  • Trump rehabilita a Bin Salman y lo exime del crimen del periodista Khashoggi: «A veces ocurren cosas»

    Trump rehabilita a Bin Salman y lo exime del crimen del periodista Khashoggi: «A veces ocurren cosas»

    La visita de Mohammed bin Salman a Donald Trump en el Despacho Oval ofreció este martes una imagen distinta a todas las recepciones anteriores. Tras el asesinato de Jamal Khashoggi en 2018, el Príncipe heredero saudí había quedado marcado por el aislamiento y la desconfianza internacional. Esta vez ocurrió lo contrario: la Casa Blanca organizó para él un recibimiento de máxima categoría, con honores militares, intervenciones coordinadas y un mensaje destinado a mostrar una alianza sin fisuras.

    En visitas pasadas siempre asomaba alguna tensión comercial o energética; en esta ocasión no hubo rastro. Trump lo presentó como un aliado total, «amigo desde hace mucho tiempo», alguien con quien «siempre hemos estado del mismo lado en todos los asuntos».

    La sintonía quedó reforzada por las cifras. Trump habló de «600.000 millones de dólares» saudíes destinados a Estados Unidos y aseguró que trabajan para llegar al «billón». «Definitivamente», respondió Bin Salman. El Príncipe, que intervino en inglés, detalló proyectos en inteligencia artificial y nuevas tecnologías. Trump añadió que, gracias a su relación con Riad, el país podría ver «gasolina a 2 dólares» y defendió el uso de aranceles «para traer dinero». Era la presentación de una alianza económica y política situada en el centro de su agenda.

    También surgieron las cuestiones delicadas. Preguntado por los negocios de su familia en Arabia Saudí, Trump dijo que no sabía nada, que «son muy pocos negocios» y que no tenía detalles. Sobre Khashoggi, recurrió a un «a veces ocurren cosas», insistió en que Bin Salman «no sabía nada» y definió al periodista asesinado como «alguien controvertido». Fue una respuesta que rebajaba un hecho considerado uno de los episodios más graves de la diplomacia reciente.

    A Bin Salman le preguntaron por la implicación de saudíes en los atentados del 11-S, incluida la figura de Osama bin Laden. Dijo que Bin Laden quiso «destruir la relación» entre ambos países, que «perdió la vida sin ningún propósito real», que «no hubo nada ilegal» y que el reino «dio todos los pasos necesarios» tras los ataques, con una investigación destinada a evitar que «volviera a ocurrir algo así, un error doloroso».

    El heredero saudí, antaño tratado como paria, fue convertido en invitado de honor y socio estratégico. Las tensiones que durante años definieron la relación quedaron relegadas por una visita construida para exhibir cercanía, inversiones y una agenda compartida que culminará con una jornada de reuniones y una cena de gala.